Toxoplasma gondii, más comúnmente conocido como el toxoplasma, es un protozoo parásito microscópico por el que está infectado alrededor de un tercio de la población mundial, incluido un tercio de la población de la República Checa. Como la cocina alemana emplea más carne cruda que la checa, el porcentaje de la población infectada en Alemania es un 5-10% mayor que en la República Checa y es aún mayor para Francia. Una vez infectado, el parásito permanece en tu cuerpo el resto de tu vida. Sin embargo, el toxoplasma puede hacer poco daño a gente con sistema inmunológico saludable. Lo único que hace en tal caso es que se reproduce en algunas de las células del hospedador tras transformarlas en los llamados quistes tisulares. La reproducción sexual del toxoplasma ocurre en los intestinos de félidos. Los ooquistes que produce son emitidos al ambiente en las heces del félido hospedador y una vez que estén en la tierra, permanecen infecciosos durante varios meses o incluso años. Los ooquistes constituyen fuente potencial de infección para cualquier animal de sangre caliente, incluido el humano. Los gatos se infectan cuando le cazan y comen a un animal infectado.