Tranquila, por ahora no. Primero es necesario comprobar que de verdad te has infectado durante el embarazo, lo que suele ser muy incierto después del primer examen. Además, aún en el caso de que sí se compruebe, el riesgo de que la infección se transmita al feto y que, en consecuencia, le cause daño, es relativamente pequeño. En el primer trimestre del embarazo es sólo alrededor de un 15%. A pesar de que durante el tercer trimestre alcanza hasta 70%, las posibles consecuencias para el feto en esta fase ya no incluyen trastornos del desarrollo. Las únicas razones sensatas para considerar someterse a un aborto son algunos trastornos del desarrollo del bebé, no la misma toxoplasmosis, ni la mera presencia de anticuerpos.